La aerolínea estatal Boliviana de Aviación (BoA) enfrenta un panorama complicado, con 27 procesos en curso por incumplimientos y deudas que ascienden a $us 38 millones. Según la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT), 13 de estos procesos están relacionados con fallas en calidad, puntualidad y cancelaciones, generando sanciones por Bs 1,4 millones.
Néstor Ríos, director de la ATT, destacó que solo en las últimas semanas se iniciaron siete nuevos procesos que podrían traducirse en multas por Bs 282.645. Pese a que eventos como fallas técnicas y factores climáticos son comunes en la industria aérea, Ríos subrayó que BoA, al controlar el 86% del mercado nacional, debe implementar gestiones más eficientes para minimizar el impacto en los usuarios. En 2024, la aerolínea reportó 56.739 vuelos, de los cuales 2.030 sufrieron demoras y 580 fueron cancelados, afectando a 388.000 pasajeros.
A nivel financiero, Ronald Casso, gerente general de BoA, aseguró que la empresa cuenta con liquidez suficiente para enfrentar sus obligaciones. Con $us 49 millones en cuentas bancarias, la aerolínea busca equilibrar ingresos y gastos. Casso señaló que la pandemia golpeó duramente los resultados en 2020 y 2021, pero en los últimos dos años han logrado estabilidad relativa.
BoA maneja una flota de 21 aviones, 20 de ellos bajo arrendamiento financiero con un costo promedio mensual de $us 2,6 millones. Casso defendió este gasto, explicando que los aviones tienen un valor asegurado de $us 450 millones, lo que convierte el alquiler en una inversión razonable para el tamaño de la empresa.
La ATT y la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) convocaron a reuniones con BoA y otras aerolíneas para definir estrategias que mejoren el servicio y reduzcan fallas. Mientras tanto, BoA sigue enfrentando el reto de mantener su liderazgo en el mercado nacional, mejorar su operatividad y fortalecer su imagen frente a constantes cuestionamientos por parte de usuarios y analistas.
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