Branko Marinkovic, exlíder cívico cruceño y precandidato presidencial para las elecciones generales de 2025, cuestionó duramente a los líderes tradicionales de la oposición, a quienes calificó de “tibios” y cómplices del oficialismo. En un video difundido a través de sus redes sociales, mencionó a Tuto Quiroga, Manfred Reyes Villa, Carlos Mesa y Samuel Doria Medina, asegurando que representan “los mismos rostros de siempre” y están enfocados en mantener sus privilegios personales.
“El masismo es un fracaso, pero la oposición cómplice tampoco es alternativa. Son tibios, mentirosos y pícaros, enfocados en sus privilegios y no en lo que los bolivianos necesitan. Necesitamos un cambio radical y estos opositores cómplices no lo van a hacer”, afirmó Marinkovic.
El exministro del gobierno de transición de Jeanine Áñez enfatizó que, para sacar al Movimiento al Socialismo (MAS) del poder, se requiere una oposición renovada, sin culpa y con la valentía de implementar medidas impopulares, como la privatización de empresas estatales que, según él, se han convertido en una carga económica para el país.
“No vamos a sacar al MAS del poder con una oposición tibia y con culpa”, aseguró, reiterando que es necesario romper con las prácticas de los opositores tradicionales, a quienes acusó de no estar a la altura de las necesidades del país.
Marinkovic también arremetió contra el oficialismo, al que describió como un proyecto fracasado que, además, atraviesa una profunda división interna. Desde hace meses, las pugnas dentro del MAS han escalado, con acusaciones mutuas entre sus miembros y enfrentamientos judiciales
El panorama político de Bolivia se encuentra marcado por tensiones tanto en el oficialismo como en la oposición. Mientras el MAS enfrenta divisiones internas, la oposición está siendo cuestionada por sectores que exigen un liderazgo más firme y una estrategia renovada para enfrentar al oficialismo en las urnas en 2025.
Marinkovic, conocido por su papel como líder cívico en Santa Cruz, busca posicionarse como una alternativa distinta, prometiendo cambios estructurales en el modelo económico y político del país. Sin embargo, sus propuestas podrían generar controversia, especialmente en un escenario electoral donde las posturas hacia la economía estatal suelen polarizar a la población.
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