Un polémico fallo judicial ha causado indignación en la sociedad. El joven responsable de un brutal caso de maltrato animal fue condenado a dos años de prisión por obligar a una tortuga a ingerir alcohol y someterla a actos de violencia.
No obstante, la pena mínima le permitió recuperar su libertad de manera inmediata, desatando críticas sobre la falta de rigor en las leyes contra la crueldad animal.
La Fiscalía aseguró que las pruebas fueron determinantes para identificar al agresor, pero ahora se encuentra ampliando la investigación para involucrar a otras dos personas que habrían participado en los hechos, según un video que se viralizó en redes sociales. Estas personas serán citadas a declarar en los próximos días.
Por su parte, la tortuga, símbolo de la indignación colectiva, está recibiendo atención médica especializada en un centro veterinario de la Gobernación. Los expertos informaron que el animalito sufrió un daño ocular severo que podría ser irreversible, evidencia de las brutales agresiones a las que fue sometido.
Este caso reabre el debate sobre la urgencia de endurecer las penas para los delitos de maltrato animal y proteger a las víctimas de actos atroces como este.
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