El fútbol en Bolivia enfrenta un nuevo capítulo de controversia tras los incidentes registrados en el partido de ida por el descenso indirecto entre Royal Pari y Totora Real Oruro. Un informe presentado por el árbitro paceño Gabriel Mendoza podría definir el futuro del equipo cruceño, con consecuencias que amenazan su permanencia en la primera división.
El enfrentamiento, que finalizó 3-0 a favor de Totora Real Oruro, igualando el marcador global, quedó marcado por una serie de eventos que trascendieron lo deportivo: abandono del campo, agresiones y un clima de tensión que forzó la suspensión del encuentro.
Según el informe arbitral, los incidentes comenzaron al minuto 83 cuando, tras sancionar un penal a favor de Totora Real Oruro, el utilero de Royal Pari, Yimy Narváez Amador, ingresó al campo sin autorización y fue expulsado. Posteriormente, el director técnico del equipo, David de la Torre García, ordenó a sus jugadores abandonar el partido, mientras acusaba al árbitro de “ladrón”.
El informe detalla agresiones físicas a la policía por parte de algunos futbolistas y ofensas verbales hacia el cuerpo arbitral. Pese a las advertencias al capitán Thiago Ribeiro, el equipo decidió retirarse hacia los vestuarios, retornando minutos después solo para increpar al cuarteto arbitral, lo que derivó en varias expulsiones. Con el partido inconcluso, el Tribunal de Justicia Deportiva de la Federación Boliviana de Fútbol tiene la tarea de evaluar el informe para determinar las sanciones correspondientes.
En el peor escenario, Royal Pari podría perder su lugar en la máxima categoría del fútbol boliviano.
Por ahora, la incertidumbre rodea a un caso que promete nuevas repercusiones en los próximos días.
Leave feedback about this