El general Juan José Zúñiga, antes de ser aprehendido, afirmó haber tenido una conversación reciente con el presidente Luis Arce, en la que supuestamente el mandatario le expresó la necesidad de realizar una acción para mejorar su popularidad. Según Zúñiga, el presidente comentó: “La situación estaba jodida y necesitaba algo para levantar su popularidad”.
Estas declaraciones ocurrieron segundos antes de que Zúñiga fuera detenido en presencia del viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera. Al ser consultado si los eventos en Plaza Murillo constituían un “auto golpe”, Zúñiga respondió afirmativamente.
Zúñiga también indicó que durante su conversación con Arce, el presidente aprobó la movilización de vehículos blindados de guerra. “Yo le pregunté si podemos sacar los vehículos militares, entonces él me responde que sí. Entonces el domingo en la noche los blindados empiezan a bajar. Seis cascabeles y seis Urutus, más 14 zetas del regimiento de Achacachi”, detalló.
Estas afirmaciones han generado una serie de reacciones políticas, especialmente en la oposición. La Fiscalía General del Estado emitió una orden de aprehensión contra Zúñiga por delitos de terrorismo y alzamiento armado contra la seguridad y soberanía del Estado.
La tarde del miércoles, un contingente militar armado tomó por sorpresa la Plaza Murillo en La Paz, y Zúñiga ingresó por la fuerza a Palacio de Gobierno. El jefe militar fue escoltado por un grupo de uniformados fuertemente armados y una tanqueta blindada del Ejército fue utilizada para abrir la puerta del Palacio de Gobierno de manera violenta.
Después de estos eventos, el presidente Arce nombró un nuevo Alto Mando Militar, que inmediatamente ordenó el repliegue de los uniformados.
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