El futbolista Dani Alves se sienta en el banquillo de los acusados. El exjugador del Barcelona Futbol Club comparece este 5 de febrero al inicio del juicio en su contra, en la capital de Cataluña, por el caso de violación a una joven de 23 años.
Los hechos habrían tenido lugar en la noche del 30 de diciembre de 2022, en los baños de una discoteca de la ciudad.
Este lunes, la víctima testificó durante una hora y 15 minutos. Sin embargo, su intervención fue a puerta cerrada, por lo que la prensa no la escuchó.
Posteriormente, declararon la defensa y una amiga de la demandante, y se espera que Alves lo haga al final del juicio, previsto para el miércoles 7 de febrero.
Durante su intervención, la testigo rompió en llanto al asegurar que su amiga salió desconsolada de los baños del lugar, mientras le contaba que había sido violada por Alves.
La mujer narró que la demandante solo decía que quería irse de la discoteca y tenía temor de que no le fueran a creer. “Se van a pensar que yo solo busco dinero”, dijo la víctima aún en el lugar.
La testigo agregó que finalmente ella y su prima lograron convencerla de denunciar, por lo que fueron al Hospital Clínica de Barcelona, donde activaron el protocolo por un caso de violencia sexual. “Nos costó horrores que denunciara. No quería. Estaba en shock”, afirmó.
Asimismo, la amiga de la mujer que habría sido abusada sexualmente afirmó que Alves no se encontraba en estado de embriaguez, como aseguró el futbolista en una de sus declaraciones previas, y agregó que el hombre había tenido una “actitud babosa”. Palabras que empleo para explicar lo que ocurrió después de que la demandante y ella accedieron a unirse a la mesa de Alves, que se encontraba con un amigo y otras dos jóvenes.
“En el momento que le saludé, para darle un beso me agarró la cara, y para darle el segundo beso no pude porque me estaba agarrando mucho, con una actitud babosa. Tenía la mano por la espalda y la bajó, casi me toca el culo”, sostuvo la testigo sobre su primer contacto con el futbolista.
La mujer agregó que la joven denunciante “ahora está muy mal, está ansiosa y ha perdido peso. Antes era una persona alegre, ahora a cualquier sitio que va piensa que la siguen, que la controlan, que la van a fotografiar”.
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