Nuevos testimonios son recolectados en los últimos días indican que dos compañeros de Alfonso Pedrajas, en la misma unidad educativa cochabambina, Francesc Peris, apodado ‘Chesco’, y Carlos Villamil, conocido como ‘Vicu’, cometían estos crímenes.
Una nueva publicación del diario español El País revela que dos compañeros de Pedrajas cometían los crímenes. Se trata de Francesc Peris, apodado ‘Chesco’, y Carlos Villamil, conocido como ‘Vicu’; sobre quienes la víctima Juana relata que advertía a sus compañeras que “no se duerman y tengan cuidado con el Chesco”.
“Desde hace unas semanas estoy con el corazón dolido, pero con la fuerza para hablar: Pedrajas no fue el único que abusaba de niños en el colegio, había otros jesuitas que lo hacían con niñas”, dijo María, nombre ficticio, una nueva víctima de abusos sexuales que compartió la tragedia que vivió en el colegio Juan XXIII de Cochabamba.
La mujer afirmó que el cura pederasta Alfonso Pedrajas no fue el único responsable de los abusos a menores, sino que también había otros jesuitas que cometían abusos con niñas bolivianas, según reveló en su testimonio al diario español El País.
María relató que los momentos de terror comenzaron poco después de su ingreso al colegio en el año 1983, cuando tenía 14 años. Describió cómo intentaba mantenerse despierta por las noches, pero en una ocasión que se quedó dormida, despertó al sentir unas manos entre sus piernas.
“Cuando miré debajo de las colchas, vi unos ojos claros, brillantes. Eran los ojos del jesuita catalán Francesc Peris. Me moví, no quería que me tocara. Me hizo callar con su dedo: ‘Shhhh’. Esa fue la primera vez”, relató la víctima entre lágrimas.
María manifestó, que los recuerdos de aquellos días volvieron a su mente desde que salió a la luz el diario del jesuita Alfonso Pedrajas (fallecido en 2009), en el que admite la decenas de niños que abusó durante décadas y cómo la orden lo encubrió.
Aseguró que un día tuvo el valor de, confrontar al cura Francesc Peris, sin embargo, “Lo único que logré fue que me abofeteara, me golpeara y me dijera que me callara, que no dijera nada”, narró. Y mencionó que a partir de ese incidente empezó a tratarla de manera ofensivo.
El jesuita y antiguo director del centro, Carlos Villamil, también fue acusado de cometer estos hechos.
Otro joven víctima de nombre ficticio Alejandro, relató que un compañero lo llevó hasta un gallinero en el colegio, donde había una habitación pequeña para guardar algunas cosas. Allí vio a Villamil teniendo relaciones sexuales con una estudiante de 17 años.
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