LA PAZ
La tragedia sigue su curso en el municipio de Quime, en la provincia Inquisivi (La Paz), donde la fuerza de la riada del viernes ha dejado al pueblo casi irreconocible, arrasando con viviendas, negocios y sueños. “La riada nos ha destruido prácticamente”, expresa Edwin Ortiz, miembro de la central agraria, quien observa, impotente, cómo su tierra natal se ha transformado en un campo de guerra. La fuerza del agua ha devastado más de 40 casas, afectado los puentes y dejado varias calles incompletas, mientras que otras 40 viviendas están en peligro de colapsar.
En un esfuerzo por ayudar, los soldados de los regimientos Calama e Ingavi llegaron a Quime este lunes con picotas y palas, buscando rescatar lo poco que queda de las pertenencias de los damnificados. Los residentes, aún atónitos, recuerdan cómo la riada los sorprendió en la madrugada del viernes, llevándose lo que pudieron y dejando un panorama de total destrucción.
“Muchos lo perdieron todo”, comenta Ortiz, destacando que los más afectados ahora se refugian en las casas de amigos y vecinos, ya que temen que una nueva riada destruya lo poco que queda. Entre las pérdidas más trágicas se encuentran una cafetería, un horno y un criadero de truchas, que desaparecieron bajo el agua.
El alcalde, Rubén Laura, se reunió en las primeras horas del lunes con su equipo para elaborar un plan de intervención urgente. Mientras tanto, la comunidad sigue enfrentando el dolor y la incertidumbre, con la esperanza de que el apoyo logístico y militar les permita comenzar a reconstruir sus vidas.
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