Un hombre privado de libertad, quien recientemente ingresó al penal de Palmasola acusado de abuso sexual, fue trasladado de emergencia al hospital San Juan de Dios tras recibir una brutal golpiza en el sector PC-3 del penal.
El hecho ocurrió en medio de una presunta “bienvenida”, una práctica violenta que algunos internos nuevos enfrentan al llegar al recinto carcelario.
La madre del interno, visiblemente afectada, relató que al intentar visitarlo se encontró con la sorpresa de que su hijo no estaba en el lugar asignado. Tras insistir y realizar varias averiguaciones, las autoridades del penal le informaron que había sido agredido por otros reclusos y que estaba siendo atendido por las lesiones sufridas.
La mujer denunció que su hijo, quien tiene una capacidad mental diferente, no debería haber sido ingresado al PC-3, ya que dicho sector está destinado a reclusos peligrosos.
“Él necesita atención especial, pero en lugar de protegerlo, lo dejaron expuesto. Ahora está gravemente herido y nosotros no sabemos cuál será su estado de salud”, declaró.
Organismos de derechos humanos y familiares de otros internos han señalado reiteradamente que en Palmasola se cometen abusos y negligencias.
En este caso, se exige una investigación que determine responsabilidades, tanto por las condiciones en las que ocurrió la agresión como por el trato recibido por la víctima.
Mientras tanto, el recluso permanece internado bajo vigilancia policial, y su familia continúa pidiendo que se garantice su integridad física y psicológica, además de esclarecer los motivos que permitieron la agresión en un recinto penitenciario que debería garantizar su seguridad.
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