Por segundo día consecutivo, la Plaza Murillo permanece bajo un fuerte dispositivo de seguridad policial, luego del arribo de una marcha liderada por sectores afines al expresidente Evo Morales. Este grupo, que llegó a La Paz en la jornada de ayer, buscaba ingresar al Kilómetro 0, centro neurálgico del poder político en Bolivia, pero fue contenido por un amplio despliegue de efectivos policiales que instaló barreras para evitar el ingreso.
Los manifestantes, frustrados en su intento, optaron por declararse en vigilia en las inmediaciones de la plaza, exigiendo que el presidente Luis Arce escuche y atienda las demandas incluidas en su pliego petitorio. “No nos moveremos hasta que nuestras exigencias sean atendidas. Este es un reclamo legítimo del pueblo”, afirmó uno de los dirigentes de la movilización.
La presencia policial, que incluye el uso de agentes antimotines y vehículos de patrullaje, busca garantizar el orden en una zona clave para la estabilidad política del país. Según fuentes oficiales, se desplegó personal adicional para prevenir cualquier altercado o intento de tomar la plaza por la fuerza.
Por su parte, los sectores movilizados han mantenido un discurso crítico hacia el Gobierno de Luis Arce, al que acusan de no atender las necesidades de las bases sociales. El conflicto interno en el Movimiento Al Socialismo (MAS) se refleja en estas manifestaciones, donde las tensiones entre los seguidores de Evo Morales y el actual Gobierno parecen agudizarse.
La Plaza Murillo, símbolo del poder político y escenario de múltiples protestas a lo largo de la historia del país, se ha convertido nuevamente en el centro de atención. Comerciantes y residentes en la zona manifestaron su preocupación por la persistencia de la vigilia, que ha alterado la normalidad en el área.
“Es preocupante, estamos viviendo una incertidumbre constante. Las calles están bloqueadas y no sabemos qué podría pasar si la situación escala”, comentó un comerciante local.
Mientras tanto, las autoridades no han emitido una declaración oficial sobre si se abrirá un diálogo con los manifestantes. Por ahora, el resguardo policial sigue firme, y el ambiente en los alrededores de la Plaza Murillo se mantiene tenso, con la expectativa de si el Gobierno atenderá o no las demandas de los marchistas.
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