La violencia no da tregua en el barrio Santa Lucía, en el departamento de Santa Cruz. Este martes 22 de abril, por la mañana, se registraron nuevos enfrentamientos entre vecinos y un grupo de encapuchados que intentó retomar el control del área, un día después del polémico desalojo que dejó a más de 200 familias sin hogar.
Testigos relataron que, desde las 05:30, un grupo de al menos 80 personas llegó al barrio portando palos, petardos y armas blancas. La intención, aseguran los pobladores, era continuar con el desalojo de quienes aún permanecen en el lugar. La respuesta fue inmediata: los vecinos, desesperados, trataron de defender sus viviendas, lo que derivó en duros enfrentamientos.
La Policía llegó al lugar minutos después y lanzó agentes químicos para dispersar a los involucrados. Mujeres, niños y personas de la tercera edad resultaron afectados por la gasificación, mientras el caos se apoderaba de las calles.
El lunes, un operativo policial ya había obligado a cientos de familias a abandonar sus casas, muchas de las cuales eran habitadas desde hace más de 10 o 15 años. Camiones y camionetas llenaron las vías, transportando muebles y pertenencias en medio de la confusión y el llanto de los desalojados.
Aunque se habla de una supuesta orden judicial para ejecutar el desalojo, los vecinos aseguran que todo el procedimiento es ilegal y arbitrario. Denuncian que el grupo que llegó esta mañana actúa de forma violenta, sin identificación, y con el único fin de sembrar miedo y despojar a las personas de sus viviendas.
La situación en Santa Lucía es crítica. Los vecinos exigen presencia de autoridades competentes y garantías para resguardar su seguridad y su derecho a la vivienda.