Sebastián Marset, buscado por narcotráfico en varios países, reapareció con una carta en la que lanza fuertes acusaciones y desafía abiertamente a las autoridades. En el documento, asegura que Bolivia “vive del narcotráfico” y afirma: “No me van a atrapar”.
El prófugo, cuya búsqueda se extiende por Sudamérica y Estados Unidos, niega los cargos en su contra y acusa a los gobiernos de haberle montado un proceso sin sustento. “No hay una puta prueba”, sostiene, asegurando que el caso en su contra fue inventado y que planea revertirlo con dinero. “Eso era lo que querían”, agrega.
Marset también lanza duras palabras contra Estados Unidos, asegurando que no le teme: “No les tengo ni un pelo de miedo”. Atribuye las acusaciones a un tercero, Federico Santoro, y niega tener cuentas bancarias ilegales. Sobre Paraguay, denuncia persecución y califica de injusto el encarcelamiento de la madre de sus hijos: “Está presa sin una sola prueba, aislada como si fuera una delincuente peligrosa”.



Critica además lo que considera una ofensiva sin fundamentos contra su familia, acusada de lavado de activos. “Los argumentos son absurdos”, sostiene en la misiva. En otro pasaje del texto, lanza una advertencia: “Con fantasmas no nos vamos a pisar las sábanas”, dejando entrever que no teme a las acciones legales en su contra.
La carta finaliza con una amenaza solapada y una denuncia de corrupción. “Tengo gente leal”, dice Marset, convencido de que con “tiempo y dinero” podrá resolver sus problemas. Acusa a autoridades paraguayas de estar vinculadas al narcotráfico y critica su relación con Estados Unidos: “Viven del tráfico de drogas mientras se alían con ellos”. Finalmente, exige la libertad de la madre de sus hijos y advierte: “No tengo intención de entregarme, sé demasiado y prefiero hacer las cosas en paz”.