Clisman Herrera Villalba, un joven de 25 años, perdió la vida trágicamente este miércoles en un accidente de tránsito en Santa Cruz de la Sierra. Estudiante de Comercio Internacional, se encontraba a solo un año de graduarse y de cumplir otro gran sueño: casarse con su enamorada, con quien compartía años de amor y proyectos. Su futuro, lleno de promesas y metas, fue arrebatado de manera cruel cuando un conductor ebrio lo atropelló y arrastró varias cuadras.
Aquel día, Clisman se dirigía a su trabajo, tal como lo hacía todos los días. Había despedido a su madre minutos antes y esperaba reunirse al mediodía con su hermanito para almorzar, una rutina que llenaba de alegría a su familia. “Estaba tan cerca de alcanzar todo lo que quería, tenía una vida por delante, no tenía vicios, era tan responsable”, expresó su padre, visiblemente devastado.
La madre de Clisman, Alina Villalba, recordó con tristeza que esa mañana se despidió de su hijo, sin saber que sería la última vez. “Me llamaron al trabajo y de ahí me llevaron directo a la morgue. Todavía no puedo creer lo que pasó”, dijo entre lágrimas.
La familia y amigos, aún consternados, piden justicia por la pérdida de un joven con un futuro prometedor. El responsable del atropello nunca se detuvo, y tras ser confrontado, solo mencionó que su seguro lo cubriría. La madre exige que no lo liberen, buscando que se haga justicia por esta tragedia.
El entierro de Clisman se llevará a cabo mañana, esperando la llegada de su hermano desde Argentina. La partida de este joven, que estaba a punto de alcanzar sus sueños, deja un vacío profundo e irreversible en su familia y en todos aquellos que lo conocieron.