La Federación de Cisterneros del Oriente anunció este martes que suspenderá desde este 21 de mayo las operaciones internacionales de importación de combustible, como medida de presión ante la falta de atención a su principal demanda: un reajuste urgente en las tarifas de flete.
Actualmente, alrededor de 2.500 camiones cisterna abastecen al país a diario trayendo combustible desde Argentina, Paraguay y Chile. No obstante, el sector asegura que operar en estas condiciones ya no es viable. Señalan que los costos han subido de forma considerable, pero las tarifas siguen congeladas.
“El 70% de nuestros gastos son en monedas extranjeras, y solo el 30% en moneda nacional. Con la falta de divisas, estamos operando en rojo. Ya no se trata de una amenaza, es un hecho: si no tenemos respuesta hasta el martes, el miércoles dejamos de cargar”, afirmó el presidente del gremio, Maikol Montaño, el pasado 16 de mayo.
Los cisterneros piden una reunión inmediata con Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), pero advierten que ya no pueden seguir esperando, ya que la situación financiera del sector es crítica. “Estamos en estado de coma. No es que no queramos seguir trabajando, simplemente ya no podemos”, recalcó Montaño.
La paralización del transporte de combustible podría derivar en mayores complicaciones en el suministro a nivel nacional, en un escenario marcado por la escasez de dólares y el aumento del costo del transporte internacional.
Hasta el cierre de esta edición, YPFB no ha emitido ningún pronunciamiento oficial, mientras crece la preocupación en el país ante una posible crisis energética.
