A pesar del llamado a un paro nacional de 24 horas convocado por la Confederación de Choferes de Bolivia para este martes, el servicio de transporte público en Santa Cruz, Cochabamba y La Paz funcionó con normalidad, sorprendiendo a propios y extraños.
Los choferes de micros de estas ciudades decidieron no sumarse a la medida de presión, argumentando que detenerse sólo agravaría su difícil situación ante la escasez de combustible que ya afecta su trabajo diario. En Santa Cruz, los usuarios pudieron movilizarse con normalidad desde las primeras horas, mientras los conductores esperaban en largas filas para abastecerse de carburante.
Víctor Tarqui, dirigente nacional de los choferes, lamentó la falta de unidad en el sector, aunque admitió que en estas regiones el paro es prácticamente imposible debido a las largas esperas en las estaciones de servicio.
Los transportistas exigen al Gobierno una solución urgente para garantizar el abastecimiento de combustible, ya que la crisis afecta sus ingresos y la movilidad de la población. Además, algunos sectores han elevado sus demandas y piden la renuncia del presidente Luis Arce, responsabilizándolo por la difícil situación que atraviesan.