La emergencia en el municipio de Reyes, Beni, se agrava con el paso de los días. El desborde del río Beni ha dejado a 19 comunidades bajo el agua, aisladas y sin acceso a recursos básicos. La desesperación crece entre las familias afectadas, especialmente por el aumento de enfermedades en niños debido al consumo de agua contaminada.
“Tomamos el agua como podemos, la colamos y le echamos limón, pero aun así los niños están enfermando”, cuenta una comunaria con impotencia. Los pozos semi urgentes han quedado cubiertos de lodo y el agua potable es un lujo al que pocos pueden acceder. En los últimos días, el hospital local ha registrado un incremento de casos de infecciones gastrointestinales y fiebre en menores.
Pero la crisis no solo golpea la salud. La economía local sufre un duro golpe con la pérdida de cosechas y ganado. Agricultores reportan la destrucción total de sembradíos, mientras que un solo empresario ha visto cómo mil hectáreas de arroz quedaron sumergidas, dejando pérdidas millonarias.
Las Peñitas y San Juan son dos de las comunidades más afectadas, completamente incomunicadas y sin ayuda inmediata. La alcaldesa de Reyes ha hecho un llamado urgente a las autoridades departamentales y nacionales para socorrer a los damnificados. “No sabemos todavía cuántas pérdidas tenemos, pero hay familias que lo han perdido todo: cultivos, animales y sus fuentes de agua”, advirtió.
El temor persiste. Desde las Cuencas Altas de La Paz llegan reportes de nuevas lluvias que podrían agravar aún más la situación. Para los habitantes de Reyes, la emergencia está lejos de terminar.
